Con esta afirmación, la Organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), reabre uno de los dilemas más controvertidos en la industria de la moda. La frase la pronuncia Mimi Bekhechi, directora de Programas Internacionales de PETA, que asegura que en la industria de la lana “el tiempo es dinero, y como la mayoría de los esquiladores son pagados por volumen, son motivados a trabajar lo más rápido posible, con poca consideración por el bienestar de las ovejas. En su apuro, cortan partes de los animales de inmediato”.
La lana de oveja, al igual que el pelaje de otros animales, dice “no es un tejido y no nos pertenece. Tiene un dueño a quien se le ha robado violentamente. Con tejidos abrigados y sin crueldad, como el algodón, el bambú, el cáñamo y la fibra de soja, de disposición inmediata, es más fácil que nunca descartar la lana y otros materiales derivados de animales”.
Sin embargo, parece que no todo es blanco o negro en este delicado debate, en el que entran numerosos agentes, y que la solución al maltrato animal es una cuestión solamente juntos (consumidores, productores y marcas) podemos combatir. A comienzos de año, abríamos así el debate: ¿Pieles sí o Pieles no?
¿Qué opináis?
